lunes, 11 de marzo de 2013

Reivindicación de la Suma

No sé si les he contado que tengo una pequeña sección quincenal en Catalunya Ràdio que se titula Guia ràpida de lectura lenta. Su objetivo es presentar en poco tiempo algún argumento convincente para animar al oyente a la lectura de un libro o, al menos, recordarle su existencia y su valor cultural. Hasta hoy esos libros han sido El Banquete de Platón, la Ética a Nicómaco de Aristóteles, el De la naturaleza de Lucrecio y Las Confesiones de San Agustin. Hoy tocaba un hueso duro, la Suma Teológica  de Santo Tomás de Aquino.

No es que quiera animar a nadie a la aventura intelectual de leer la Summa entera, pero tampoco animamos a subir al Everest cuando en clase de geografía damos a conocer su existencia. Lo que me parecía importante era no contribuir al olvido de un proyecto de la envergadura intelectual de éste.  Por otra parte algunas secciones de la Suma siguen teniendo interés por sí mismas. Pienso, por ejemplo en el tratamiento de las pasiones del alma, que por su claridad es de gran ayuda para cualquiera que considere importante saber poner nombre adecuado a sus sentimientos. 

Pero vamos a la cosa en sí.

¿Por qué sigue siendo interesante no olvidar la Suma?
  • Por la ambición del proyecto intelectual tomista. Es como una gran catedral gótica. Quizás ya no queramos vivir en un edificio así, pero es hermoso visitarla y su contemplación en cierta forma nos engrandece el alma
  • El proyecto tomista es demostrar la razonabilidad del discurso teológico cristiano. Nunca meditaremos bastante sobre el hecho de que el cristiano, cuando piensa su fe, hace teología. Es esta una singularidad extraordinaria, porque no hay nada ni remotamente parecido a la teología ni en el islam ni en el judaísmo. Los judíos y los musulmanes cuando piensan en su fe lo primero que tienen present es la ley (Tora o Sharia). Para el cristianismo la revelación es una cuestión teológica (un logos sobre Dios). Para el islam y el judaísmo es una cuestión política. Explicar racionalmente la creación es una inquietud cristiana.
  • Santo Tomás encuentra la posibilidad de una explicación racional de la fe en la presentación que realiza Dios de sí mismo (Ex.3.14): "Soy el que soy". Hay otra traducción posible de esta expresión: "Yo soy el que seré", que apunta a una concepción mucho más elusiva de la divinidad. Pero para Santo Tomas el Summum Esse no es solamente un objeto de fe, es también objeto del conocimiento racional.
  • El conocimiento racional de Dios es posible porque hay un orden divino en el mundo. El acto creador de Dios es expresión del amor divino y, en tanto que tal, ha dotado de orden a la realidad creada. La creación es, en su origen (causa eficiente), "emanatio rerum" (las cosas proceden de Dios) y, en su fin (causa final), un movimiento de todos los seres hacia su creador. Esta teología no sólo permite pensar una imagen armoniosa y providencial del mundo, sino que permite también afirmar la existencia de una ley natural que sería expresión en el alma del orden natural de las cosas. 
  • Sin embargo el proyecto, voluntariamente, fue dejado sin conclusión. La razón que dio Santo Tomás es que "después de lo que el Señor se dignó revelarme el día de San Nicolás, me parece paja todo lo que he escrito en mi vida". Pero había comenzado la Suma convencido de que podía ofrecer algo así como una imagen lógica de la teología. El proyecto inacabado arroja entonces una duda sobre el conjunto. Santo Tomás nos dice, anticipando a Wittgenstein, que todo lo que cuenta en la Suma es mucho menos relevante que lo que se calla.


8 comentarios:

  1. A la luz de tu Strauus, todavía cobra más importancia volver a Tomás. Un santo que ya me caía bien de pequeña porque me regalaba fiesta escolar. Ese Dios amor... Recuerdo que me quedé pasmada cuándo conocí todo lo que está prohibido hacer, y lo que se debe hacer, en el día a día judío. Con lo despistada que soy, pensé, sería una creyente deplorable.
    El "esse" tomista ha hecho correr ríos de tinta. Me examiné en la universidad en un examen que duró cuatro horas. Gracias por la reivindicación.

    ResponderEliminar
  2. Caramba, que el ordenador sepra mi número de móbil, que yo no sé y siempre tengo que comprobar!

    ResponderEliminar
  3. Efectivamente, a la luz de Strauss Tomás adquiere un singular interés.
    Bertrand Russell, que a veces se pasaba de listillo ignoraba toda la escolástica por no considerarla relevante filosóficamente hablando. Pero si ignoramos la escolásticas nos quedamos sin herramientas importantes para comprendernos a nosotros mismos.
    Entre los libros a los que tengo un especial cariño se encuentra una edición preciosa del de "Esse et essentia", que comienza así: "Puesto que un pequeño error al principio, se vuelve grande al final..."

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Don Gregorio, ahí Tomás cita a Aristóteles (lo recuerdo porque lo leí en De ente et essentia —una buena edición crítica— y lo recuerda también el comienzo de Von der mannigfachen Bedeutung des Seienden nach Aristoteles de Franz Brentano, en la página 1).

      εἴπερ καὶ τὸ μικρὸν παραβῆναι τῆς ἀληθείας ἀφισταμένοις γίνεται πόρρω μυριοπλάσιον (De caelo, I 5, 271b 12-3).

      Eliminar
    2. Efectivamente, amigo.
      Gran libro el de Bretano, por cierto.
      La relación de Tomás con Aristóteles es compleja. Sin duda conoce bien los textos que tenía a su alcance, pero pienso que sus fuentes son mucho más amplias.

      Eliminar
    3. No pongo en duda, don Gregorio, que Tomás sea mucho más que un comentador de Aristóteles.

      Pero la expresión citada es que justo es del estagirita.

      Eliminar
  4. Para el cristianismo la revelación es una cuestión teológica (un logos sobre Dios). Para el islam y el judaísmo es una cuestión política. Explicar racionalmente la creación es una inquietud cristiana.
    .....pues por contradecirle un poco, yo veo a Leibniz y a Spinoza más afines al judaísmo que al cristianismo
    H.Ambossat

    ResponderEliminar
  5. Leído justo ayer, un rato antes de esta entrada. Strauss analiza la tripartición de Diótima: procreación, honor y philosophía/bello, en contraste a la que establece lo propio, lo bello y el bien (cambio de una a otra como devaluación de la poesía) y la (no)relación de eros y polis. Luego busca en otras dos triparticiones: alma en República y la inclinación natural del hombre en la Suma (auto-preservación, preservación de la especie y "conocimiento de dios más la vida social, que es el equivalente de la polis. Ven ustedes -sigue- que tampoco hay aquí inclinación natural hacia la virtud moral en cuanto virtud moral." Lástima que lo deje así.

    ResponderEliminar

La Isla de Siltolá

 I Finalmente, después de varios intentos fallidos, el mensajero nos ha encontrado en casa y me ha entregado los ejemplares de Una triste bú...