domingo, 11 de marzo de 2007

Futesas de lector ocioso

I

Leo la prensa del domingo y me pregunto si es posible diferenciar entre una política moral inteligente y una política inmoral inteligente. ¿Será su diferencia equivalente a la existente entre una política que actúa llorando y una política que actúa sin llorar?

II

Escena que nunca existió:

Jamais nous n’avons été plus libres que sous l’Occupation allemande”. Gritó Sartre a pleno pulmón frente al espejo del cuarto de baño, mientras se embadurnaba la cara con jabón de afeitar. Su “bon Castor” lo oyó desde la cocina, mientras preparaba el café. Pensó: “Toujours fidèle au beau mandat d’être infidèle à tout”, y ne le dio más importancia.

III

Leyendo un texto sobre los antepasados de Bertrand Russell, que se enriquecieron expoliando monasterios en tiempos de Enrique VIII, me asaltó una maldad: Si tienes principios, no tendrás descendientes que puedan practicar la caridad con el nombre de la familia.

IV

En Sylvie, de Nerval: “Vista de cerca, la mujer real era motivo de indignación para nuestra ingenuidad; debía aparecérsenos como reina o como diosa, y, sobre todo, debíamos evitar su proximidad

V

En 1888, en el último cumpleaños que pudo celebrar con sus facultades mentales intactas, Nietzsche sólo recibió una carta de felicitación. Pocos meses después se desmayó al intentar abrazar a un caballo al que estaban fustigando. Posiblemente los ojos atónitos de aquel animal reflejaron la última imagen de su cordura.

VI

Ramón Gómez de la Serna sobre Villiers de l'Isle Adams (Efigies, 1945): “vestido de negra opalanda y con sombrero de copa, tenía el aire absurdo y paradójico de estar vestido de padrino de sus propios duelos”.

VII

Tendría que contar las veces que Nietzsche -mucho más socrático de lo que él hubiese estado dispuesto a aceptar- se refiere a su daimon a lo largo de su obra.

VIII

Así describe Gautier en El pie de momia el comportamiento de un pie que el protagonista del relato ha comprado a un anticuario con la intención de hacerlo servir como pisapapeles: “En lugar de permanecer inmóvil como conviene a un pie embalsamado hacía cuatro mil años, se movía, se contraía y saltaba sobre los papeles como una rana espantada: parecía estar en contacto con una pila voltaica.

IX

Divisa de Nietzsche: "Virescit volnere virtus" (las heridas devuelven la salud).

1 comentario:

  1. Es cierto lo del pie, yo tengo una cabeza egipcia de madera policromada, que si pudiera me guiñaría el ojo, pero está condenada a tenerlos abiertos permanentemente y me mira hasta la insoportabilidad.Por eso, cuando entro en el salón con la luz apagada, sé que me mira, como el ojo de Poe.

    Por cierto, chapeau por Gómez de la Serna. Que pena los olvidos.

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